El escenario del presente siglo impone sobre los individuos y las colectividades una necesaria reforma en las habilidades y capacidades, tanto para la elevación de su competitividad, como para la sostenibilidad de su enfoque ético, en el largo plazo.
Con insistencia he venido proponiendo que en el escenario actual han aparecido factores críticos que requieren una acción colectiva intencional para enfrentar problemas graves, tales como la reducción de la pobreza y la exclusión, el desequilibrio en la distribución del Ingreso, la participación en los nuevos circuitos de la economía basada en Conocimiento, y el fortalecimiento de la identidad en una cultura mundializada.
Los factores anotados, representan el más descomunal reto que haya enfrentado la humanidad en su conjunto, para lo cual se requerirá, sin duda, un proceso de re-invención (mas allá de la Re-ingeniería) en el proceso de Aprender. Deliberadamente se pone mayor énfasis en “aprender” que en educar, por ser una vertiente que destaca más la responsabilidad individual y continua de permanecer en estado de aprendiz, que en el proceso tradicional de “Ser enseñado” por un tiempo determinado.